El uso activo de las instalaciones soviéticas y el aumento del volumen de militares en Europa del Este en los últimos años, "unas 19 veces" mayor que antes, demuestra que la OTAN "tiene serios planes respecto a la idea de un rápido ataque global", afirmó Klintsévich citado por Rossíyskaya Gazeta.
"Está claro que vamos a reapuntar nuestras armas y reforzar nuestras tropas de acuerdo con lo que hace la OTAN. También está claro que los países que albergan el sistema de defensa antimisiles están en nuestra mira. No ocultamos esto", afirmó.
Al mismo tiempo, agregó que a pesar del potencial de convertir las antiguas instalaciones en una plataforma de asalto, todavía no hay razones para preocuparse ya que, por el momento, las tropas de la OTAN tan solo "elevan la tensión" pero no demuestran tentativas de agresión reales.
La OTAN y los altos funcionarios de sus países miembros suelen insistir en que el escudo antimisiles en Europa "no está dirigido contra Rusia".
El funcionario añadió estar convencido de que la política de confrontación con Moscú está condenada al fracaso.
"Vamos a defender nuestro intereses de manera apropiada. Las tres divisiones mencionadas son solo una de las medidas a tener en cuenta este contexto", aclaró Grushkó.
Los planes estadounidenses de crear un sistema de defensa antimisiles —DAM— que protegería el territorio de Europa de un ataque con misiles balísticos es uno de los puntos de fricción en las relaciones entre el Kremlin y la Casa Blanca.
Para la parte rusa es imprescindible que estas garantías se fijen por escrito de un modo jurídicamente vinculante. Pero actualmente la OTAN quiere que Moscú confíe en la palabra dada de que el escudo antimisiles no será utilizado para debilitar el potencial nuclear de Rusia —un elemento clave del mecanismo de disuasión nuclear en el mundo—, concluye la nota.