Occidente no para de culpar a Moscú de "acciones provocadoras", así como de asegurar que Rusia presenta una amenaza para Europa. Mientras tanto, el Kremlin "cuenta una historia totalmente diferente", señala el autor del texto.
Shifrinson explica que Rusia se ve obligada a reaccionar ante la promesa incumplida de EEUU de no expandir la OTAN a Europa oriental.
"[Los rusos] aseguran que EEUU faltó a su promesa de que la OTAN no se expandiría hacia Europa del Este, acordada durante las negociaciones de 1990 entre Occidente y la Unión Soviética acerca de la unificación alemana. Desde este punto de vista, Rusia se ve forzada a impedir la marcha de la OTAN hacia el este como una cuestión de autodefensa", prosigue.
"Occidente protestó rotundamente, negando que hubiese ningún acuerdo de este tipo. No obstante, cientos de memorandos, protocolos y transcripciones de archivos estadounidenses indican lo contrario", señala Shifrinson.
Estos documentos demuestran que las declaraciones sobre la "depredación" rusa no tienen fundamento, declara el experto.
Shifrinson recuerda que, en febrero de 1990, los líderes norteamericanos hicieron una propuesta a la Unión Soviética respecto a la unificación alemana.
Tema: Relaciones Rusia-OTAN
"De acuerdo con las transcripciones de las reuniones de Moscú del 9 de febrero, el entonces secretario de Estado, James Baker, sugirió que a cambio de la cooperación en Alemania, Estados Unidos podría dar 'garantías férreas' de que la OTAN no se expandiría 'ni una pulgada hacia el este'. Menos de una semana más tarde, el presidente soviético, Mijaíl Gorbachov, aceptó iniciar las conversaciones de reunificación".
"Las grandes potencias rara vez se atan sus propias manos", continúa Shifrinson. Las autoridades estadounidenses pronto se dieron cuenta de que descartar la expansión de la OTAN iba contra sus intereses.
"Para marzo de 1990, los responsables de la Secretaría de Estado sugirieron a Baker que la OTAN podría ayudar a poner a Europa del Este en la órbita de EEUU. Para octubre, las autoridades estadounidenses ya estaban considerando cuándo 'dar la señal a las nuevas democracias de Europa oriental sobre la disponibilidad de la OTAN para considerar su futura adhesión'".
Según él, en este contexto, la reacción de Rusia ante la expansión de la OTAN es explicable.
"No es nada sorprendente que Rusia se indignara cuando a Polonia, Hungría, República Checa, los países bálticos y a otros países los empezaron a invitar a la OTAN desde mediados de los 90", enfatiza el experto.
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Los hechos demuestran que el descontento del país eslavo tiene fundamento y que la política de EEUU contribuyó al crecimiento de las tensiones en Europa, concluye Shifrinson.