Según Cohen, que se ocupaba de los asuntos de las reformas económicas en la zona postsoviética, los políticos ucranianos se hacen más corruptos y autoritarios, y ahora Occidente debe aplicar medidas duras.
En febrero, varios funcionarios del Ministerio de Economía y la Procuraduría General de Ucrania renunciaron, a causa de los bloqueos a las reformas por los partidarios de Poroshenko.
El exfuncionario de EEUU opina que todos estas acciones no son solo una traición a los ideales del Euromaidán, sino también son "una bofetada al vicepresidente de EEUU, Joe Biden, quizá el amigo de Ucrania en Occidente de más alto rango". Durante su última visita a Kiev, Biden comparó la corrupción en el país eslavo con un "tumor canceroso" y le dió "un chance más" a Poroshenko para domarla.
Cohen considera que el enfoque hacia Ucrania debe ser cambiado.
"Llegó la hora de dar menos zanahorias y más garrotes", subrayó.
Ante todo, el autor sostiene que es necesario admitir que el mismo presidente Poroshenko forma parte del problema y no de la solución. Entonces hay que encontrar los métodos de presión sobre él y sobre su gobierno.
El autor también propone apoyar activamente a los críticos de Poroshenko, a los activistas civiles, a las organizaciones no gubernamentales y a los medios financiados por Washington.
"Si la jefatura no va a escuchar a sus amigos en Occidente, tal vez escuche a sus ciudadanos al acordarse de lo que paso con su predecesor", concluye Cohen.