"Pienso que el caso de Ivanovich influirá en la estabilidad política de Kosovo. La gente espera que contra cada serbio pueda ser iniciado un expediente con el uso de testigos falsos que resulte con sentencias injuriosas", —dice a Sputnik el presidente del Comité de Derechos e Intereses de las Comunidades de la Asamblea de Kosovo, Milovan Drecun.
"El ambiente empeorará", declaró el ministro de comercio y telecomunicaciones de Serbia Rasim Ljajić. "Los ciudadanos serbios puedan pensar que si Ivanovich, promoviendo la democracia, merece esto, ¿qué va a pasar con nosotros?", añadió.
El primer paso formal hacia la integración de la república autoproclamada en la UE se vio acompañado por los comentarios poco alentadores del embajador del Reino Unido en Kosovo. Él declaró que "la situación en la región es grave por la violencia política", refiriéndose a las provocaciones por parte de la oposición. Se refiría, por ejemplo al uso de gases lacrimógenos por los diputados nacionalistas durante una sesión del Parlamento.
"Kosovo no es un organismo estable, la situación económica es muy difícil, existe una división política. A pesar de esto, cabe decir que anteriormente la UE, al tomar decisiones similares, preguntaba a todos los estados miembros. En la situación de Kosovo la UE hizo una excepción, no hizo consulta, ya que era claro que si algunos países no reconocen la independencia de Kosovo, no respaldarán la decisión. La UE actuó en contra de sus reglas," —dice Irina Rudneva, la investigadora superior del Centro de estudios de Crisis de los Balcanes del Instituto de la Eslavística de la Academia de Ciencias de Rusia.
"Kosovo podría convertirse en un barril de pólvora dentro de la UE. Lo que hace Europa se puede explicar como el cumplimiento de la voluntad de los EEUU que trata de evitar la reunión de Kosovo y Serbia", añadió.
No obstante, muchos recuerdan uno de los casos de "tolerancia albanesa". Recientemente las autoridades del futuro estado-miembro de la UE soldaron las puertas del Templo de San Salvador en Pristina para que los residentes dejaran de usarlo como aseo.
Kosovo proclamó su independencia en 2008 y fue reconocido como un estado independiente por más de 110 países, entre ellos los EEUU.
Del 1.8 millones de habitantes de Kosovo, 120 mil son serbios étnicos.