El astronauta británico Tim Peake descubrió en una de las ventanas de la cúpula de la Estación Espacial Internacional (EEI) una pequeña marca de 7 milímetros causada por el impacto de una partícula de basura espacial. La rotura, fotografiada por Peake y publicada en su cuenta de Twitter. El astronauta estima que el objeto ‘culpable' de la marca en cuestión habría sido un pedazo de metal de unas milésimas de milímetro de diámetro, o un trozo de pintura.
Often asked if @Space_Station is hit by space debris. Yes – this chip is in a Cupola window https://t.co/iH87Dt80yV pic.twitter.com/7ZvVs4myM0
— Tim Peake (@astro_timpeake) 12 мая 2016 г.
"A menudo me preguntan si la EEI sufre de los choques con los residuos espaciales.
Y aquí lo vemos en una de las ventanas de la cúpula"
"¡Menos mal que tiene acristalamiento cuádruple!", añadió.
Para poder resistir los posibles problemas causados por trozos de chatarra espacial, la EEI está equipada con un fuerte blindaje alrededor de todas las áreas vitales para la tripulación, por lo tanto los impactos minúsculos no representan una amenaza inmediata.
Sin embargo, los residuos de mayor tamaño —superiores a 10 centímetros-, acelerados a una velocidad de más de 34.000 kilómetros por hora, podrían destruir completamente la estación, y los trozos de tan solo un centímetro de diámetro son capaces de dañar elementos cruciales de la nave espacial o de un satélite.
Se estima que hay más de 370.000 fragmentos de basura espacial atrapados en la órbita de la Tierra. Unos 22.000 de ellos son lo suficientemente grandes como para ser monitoreados por las agencias espaciales. Habitualmente, son partes de antiguos motores, satélites fuera de funcionamiento y otros objetos flotantes que habían sido generados por las misiones espaciales o como resultado de colisiones en el espacio.