En criterio del experto, Bolivia tiene un retraso de al menos cien años en la industria minera y a lo largo de su historia mantuvo su condición de productor de materias primas mineras para la exportación.
"Yo soy optimista por lo que se está haciendo en el Salar de Uyuni donde se ha instalado la planta piloto de producción de carbonato de litio para la fabricación de baterías. Hay que hacer un seguimiento para ver cómo evoluciona esta planta", dijo Córdova.
"Han subido los precios del carbonato de litio y esto es muy importante", afirmó Echazú y precisó que uno de los mercados estratégicos para el litio está en los países del Asia.
La industrialización del litio ha abierto una nueva perspectiva la minería boliviana que no ha tenido un adecuado aprovechamiento y por el contrario ha significado pérdidas para el Estado, advirtió Córdova que considera que por mucho tiempo más, "Bolivia seguirá siendo un país minero".
"Al estado le ha faltado iniciativa, No ha utilizado su tiempo para planificar y organizar la minería por lo que toda la iniciativa la tiene el sector privado que siente que hay una crisis en el sector, pero es el mejor momento para organizar la minería desde Estado", recomendó el especialista.
Con relación al proyecto de industrialización del litio, el gerente nacional de Recursos Evaporíticos señaló que "la perspectiva es seguir investigando, tenemos que explotar el boro, el sodio y sus sales mixtas; es una industria que como ninguna otra tiene perspectivas de ir creciendo generando más riqueza, más conocimiento y potencial económico, tecnológico y científico".
El Gobierno boliviano ha invertido más de 33 millones de dólares para la instalación de la planta industrial de carbonato de litio que actualmente produce a escala experimental y pretende general al menos 500 empleos directos y unos 2.000 indirectos y en los próximos dos años se espera lograr una producción a escala industrial.