Una semana después de los atentados en Bruselas que cobraron la vida de más de 30 personas, se esperaría que la victoria contra Daesh —grupo terrorista proscrito en Rusia y otros países— en Palmira fuera aplaudida, opinó Robert Fisk, corresponsal del periódico británico The Indepentent en el Medio Oriente.
La caída de Palmira el año pasado generó una ola de "profecías" sobre la pronta derrota del Ejército sirio ante los extremistas. "Si EEUU odiaba a Daesh, ¿por qué los estadounidenses no los atacaron durante su asalto a las posiciones del Ejército?", se preguntaron los militares sirios en aquella época, según Fisk. Occidente se quedó callado.
Ahora, los soldados sirios, con el apoyo de Rusia, "echaron a los payasos de Daesh fuera de la ciudad", y nadie ni siquiera emitió un solo elogio sobre el buen trabajo, se sorprende el autor. Los aviones rusos atacaron a los terroristas en vísperas de la ofensiva siria —algo que EEUU nunca hizo—. Al mismo tiempo, la aviación estadounidense reivindicó dos ataques aéreos contra los radicales en el período previo a la liberación de Palmira.
"Estos dos ataques le dicen todo lo necesario sobre ‘la guerra contra el terrorismo' de EEUU. Querían destruir a Daesh, pero no de manera muy fuerte", afirma Fisk.
El mismo Ejército podría asaltar la capital terrorista de Al Raqa y retomar la ciudad de Deir Ezzor, "y seremos silenciosos de nuevo", promete el periodista.
"¿Destruir a Daesh? Olvídalo, es el trabajo de Putin y Asad. Oremos por la paz, chicos", ironizó Fisk en conclusión.