RÍO DE JANEIRO (Sputnik) — "En muchos lugares del mundo, quien pincha el teléfono del presidente es detenido, si no tiene autorización judicial de la Corte Suprema (…) Pincha el teléfono del presidente de los Estados Unidos y mira a ver qué pasa", ha ironizado Rousseff.
La presidenta se ha mostrado una vez más muy molesta con la divulgación de su conversación privada con el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, en la que le ofrece el cargo de ministro de la Casa Civil, dando a entender que el documento de toma de posesión le serviría para esquivar a la policía ante una eventual detención.
Rousseff ha subrayado que tanto ella como su Gobierno respetan al Ministerio Público y al Poder Judicial, pero que considera "una vuelta atrás en la rueda de la historia la politización de estas instituciones", añadiendo que el combate a la corrupción no se puede hacer con menoscabo de la democracia.

La presidenta ha hecho estas declaraciones en el estado de Bahía, donde ha entregado varias unidades de vivienda de protección oficial y ha sido recibida cálidamente con gritos de "No habrá golpe" y "Lula, guerrero del pueblo brasileño".
El tono de las declaraciones aumenta a medida que pasan los días, y en ese mismo acto el gobernador de Bahía, Rui Costa, también del Partido de los Trabajadores (PT), ha comparado los movimientos a favor del "impeachment" con el nazismo.
"En Alemania, cuando el nazismo empezó también había un amplio apoyo popular. Hitler llegó a salir en portadas de revistas como el hombre del año. Hoy el pueblo alemán tiene vergüenza, y lo mismo pasa con Italia actualmente", ha dicho.