Al asumir el cargo de ministro de la Casa Civil, Lula pasa a tener foro privilegiado y escapa de las investigaciones ordinarias del juez Moro, que pocas horas después de conocerse el nombramiento de Lula ha reaccionado haciendo públicos los "pinchazos" telefónicos a Lula.
En la nota con la que ha justificado la medida Moro ha destacado que busca garantizar el derecho de amplia defensa y publicidad y ha añadido que la democracia en una sociedad libre exige que los gobernados sepan lo que hacen los gobernantes, "incluso cuando éstos buscan actuar protegidos por las sombras".
El Gobierno, por su parte, ha emitido un comunicado en el que afirma que la divulgación del contenido de llamada entre Lula y Rousseff es "una flagrante violación de la ley y de la Constitución de la República" y ha avisado de que tomará todas las medidas judiciales y administrativas necesarias.