BUENOS AIRES (Sputnik) — El Vaticano valoró "el buen estado de las relaciones bilaterales entre la Santa Sede y la República Argentina", señaló en un comunicado difundido este sábado.
El Papa recibió a Macri en la Biblioteca del Palacio Apostólico, en el tercer piso de la Santa Sede, mientras que las audiencias de Francisco con la antecesora del mandatario, la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, solían llevarse a cabo en la residencia privada papal.
El presidente argentino respondió: "¿Cómo le va, Francisco? Un gusto".
La reunión fue breve, de tan solo 22 minutos. El Papa declinó la invitación de Macri para visitar Argentina en este año por cuestiones de agenda.
Pero será "lo antes posible", le aseguró Bergoglio.
En una conferencia de prensa en la embajada argentina ante la Santa Sede, el jefe de Estado argentino destacó que la reunión había sido "muy buena" entre "dos viejos conocidos porteños que ahora vuelven a verse en una situación diferente".
Macri señaló que había comentado al Papa su "gran preocupación por unir a los argentinos, dejar atrás los rencores y trabajar en agenda común de futuro para resolver los problemas del país, especialmente la pobreza y el narcotráfico".
La Santa Sede indicó en su comunicado que entre el Sumo Pontífice y el mandatario argentino habían "sido abordados temas de mutuo interés, tales como la ayuda al desarrollo integral, el respeto de los derechos humanos, la lucha a la pobreza y el narcotráfico, la justicia, la paz y la reconciliación social".
La última vez que Macri asistió a una audiencia con el Sumo Pontífice fue en septiembre de 2013, cuando por entonces era el jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires.
"En tal contexto, ha sido subrayada la positiva contribución, sobre todo en el ámbito de la promoción humana y de la formación a las nuevas generaciones, ofrecida por el Episcopado y por las instituciones católicas en la sociedad argentina, de manera particular en la coyuntura económica actual", añadió el texto del Vaticano.
Tras su reunión privada, el Papa y el presidente intercambiaron regalos protocolares en un encuentro abierto a la comitiva argentina, en la que participaron el jefe de gabinete Marcos Peña y la ministra de Relaciones Exteriores Susana Malcorra, además de los gobernadores de Mendoza (centro), Salta (norte) y Tierra del Fuego (sur del país), y la esposa del presidente, Juliana Awada.
Macri recibó de manos de Francisco el Medallón del Olivo, la encíclica Laudato Si y la exhortación apostólica Evangelii Gaudium.
Por su parte, el mandatario agasajó al Sumo Pontífice con un poncho, una Cruz de Matará y una colección de 12 discos con música nacional, como tango y chamamé.
El presidente argentino también tenía prevista una reunión con el primer ministro de Italia, Matteo Renzi, en el Palacio Chigi, con quien ya se encontró a mediados de febrero durante la visita oficial del presidente del Consejo de Ministros italiano a Buenos Aires.
Posteriormente, y antes de su regreso a Buenos Aires este sábado a la noche, Macri tenía programado un encuentro con el presidente de la República Italiana, Sergio Mattarella, en el Palacio del Quirinale.