MOSCÚ (Sputnik) — Los presidentes de Gobiernos bálticos abordaron en Riga varios asuntos de seguridad regional, así como temas de infraestructura y energéticos, incluida la construcción del Nord Stream.
En conclusión, los participantes “expresaron su objeción a la construcción en el mar Báltico del Nord Stream 2”.
El 4 de septiembre de 2015, la compañía rusa Gazprom, las alemanas E.ON y BASF, la anglo-neerlandesa Shell, la austriaca OMV y la francesa ENGIE firmaron un acuerdo para construir el gasoducto Nord Stream 2 (una ampliación de la tubería Nord Stream) para transportar 55.000 millones de metros cúbicos de gas al año.
En contra de este plan se pronuncia enérgicamente Ucrania, temiendo dejar de jugar el papel de vía de tránsito del gas ruso a Europa.
Además, Letonia, Lituania, Estonia, Polonia, Hungría, Rumanía y Eslovaquia enviaron a finales de 2015 una carta a Bruselas, señalando que con la realización de este proyecto aumentaría la dependencia de Europa del gas ruso y se debilitaría su seguridad energética de la UE, así como se desestabilizaría aún más la situación en Ucrania.