MONTEVIDEO (Sputnik) — El último intento le cabe al presidente de Bolivia, Evo Morales, quien buscará este domingo aprobar una reforma a la Constitución que le permita volver a postularse para el período 2020-2025.
Cientos de militares rodearon su casa en la noche del 28 de junio de 2009, lo sacaron en piyamas de la cama y lo embarcaron en un avión rumbo a Costa Rica.
En el otro extremo del arco ideológico, los intentos reeleccionistas de Alberto Fujimori en Perú también condujeron a un golpe de Estado, pero encabezado por el propio mandatario.
Llevaba menos de dos años como presidente en abril de 1992 cuando ejecutó un "autogolpe", disolvió el Parlamento e intervino la justicia, para adoptar al año siguiente una Constitución que le permitía reelegirse, cosa que hizo en 1995.
Otros mandatarios neoliberales de los años 90 que consiguieron reformas reeleccionistas fueron el brasileño Fernando Henrique Cardoso (1995-2003) y el argentino Carlos Menem (1989-1999); este último quiso forzar modificaciones para acceder a un tercer período, que no prosperaron ante una opinión pública ya muy descontenta con su gestión.
Reelección progresista
En el nuevo siglo hubo más intentos, protagonizados la mayoría por mandatarios de signo izquierdista.
El impulso fundamental lo dio la Constitución venezolana de 1999, promovida por el entonces flamante presidente Hugo Chávez y que estableció la reelección presidencial inmediata.
Chávez se presentó a elecciones en 2000 bajo las nuevas reglas de juego, sentando un precedente que seguirían Morales en Bolivia y Rafael Correa en Ecuador.
El Ecuador de Correa siguió el modelo del proceso constituyente iniciado por Chávez.
La nueva Constitución ecuatoriana de 2008 autorizó la reelección inmediata y por una sola vez y ordenó adelantar los comicios para todos los cargos electivos del país; así Correa debió postularse en los comicios de 2009 y optó por volver a hacerlo en 2013.
A fines de 2015, el Parlamento aprobó una enmienda constitucional que abrió la puerta a la repostulación ilimitada para todos los cargos electivos, pero a pedido de Correa la disposición solo comenzará a regir después de los comicios presidenciales de 2017.
Agotadas las opciones constitucionales, el mandatario intentará obtener en el referendo del domingo una reforma que le permita ser candidato, una vez más, en 2019.
Nicaragua, a impulsos de su presidente, el sandinista Daniel Ortega, instauró en 2011 la reelección presidencial ilimitada, solo que no lo hizo a través de una reforma refrendada en las urnas, sino a través de un polémico fallo del tribunal constitucional.
Fue también un dictamen judicial el que habilitó al socialdemócrata Óscar Arias volver a ser presidente de Costa Rica en 2006, pero solo de forma alterna, pues había gobernado entre 1986 y 1990.
En la primera década del siglo sobresalió el derechista Álvaro Uribe, presidente de Colombia desde 2002, quien también buscó y consiguió que el Congreso aprobara la reelección inmediata, habilitándolo a presentarse como candidato en 2006.
Tras esta experiencia, que se dio en medio de un escándalo sin precedentes de políticos aliados con paramilitares de extrema derecha, Colombia fue uno de los pocos países de la región que dio marcha atrás en las libertades reeleccionistas para los presidentes.
En junio de 2015, el Congreso eliminó por abrumadora mayoría la reelección presidencial y lo hizo mediante una cláusula pétrea, según la cual esta figura solo puede volver a instaurarse con un referendo de iniciativa popular o una asamblea constituyente.