"No les importaba si reconocían a Kosovo o la vida en Marte. No se asumía la responsabilidad por el reconocimiento, sino lo era visto como una tarifa o costo en sus relaciones con Estados Unidos. Al mismo tiempo, los países que como resultado de este reconocimiento, sufrirían una consecuencia interna inmediata, como Rumaia y España, no lo hacen por la única simple razón de que Rumania tendría entonces que dejar ir a Transilvania, y para España eso significaría una autoabolición. Por eso, el reconocimiento de Kosovo es una especie de ‘flashmob', que no tiene nada que ver con la determinación del destino de la región", explica el historiador.
El proyecto estadounidense "la independencia de Kosovo" cumple hoy ocho años en un ambiente que apenas corresponde a las esperanzas de las autoridades albanesas de Kosovo que declararon unilateralmente su independencia de Serbia el 17 de febrero de 2008.
Kosovo sigue culpando a Belgrado de ser el único obstáculo en su camino hacia la plena soberanía. El director del Centro de estudios balcánicos en Pristina, Fadil Lepaja, comentó en su entrevista a Sputnik que, en su opinión, "Kosovo es tan independiente como sus logros en superar todos los obstáculos que crean los diplomáticos y políticos serbios para impedir el reconocimiento del país. Todos los países de la UE que están vacilando para reconocerlo, no lo hacen para evitar dañar sus relaciones con Serbia".
Sin embargo, algunos expertos consideran que los países de la UE que en 2008 reconocieron fácilmente la independencia de Kosovo, hoy lo pensarían dos veces.
El analista político Dusan Prorokovic no tiene duda de que si Pristina declarara la independencia hoy, el número de estados dispuestos a reconocer Kosovo sería dos veces menor, debido a las consecuencias que se produjeron en Osetia del Sur y Abjasia, así como en Ucrania. Además, es poco probable que la UE reconociera Kosovo, teniendo en cuenta lo que está ocurriendo hoy en Oriente Próximo.
"Muchos países de la UE ocupaban una posición de precaución con respecto a Kosovo. Tardaron mucho tiempo en tomar la decisión, sin embargo, al final lo hicieron bajo la presión de Estados Unidos. Pero entonces necesitaron dos o tres años, ahora les harían falta unos 10-15 años para pensarlo", menciona Prorokovic.
El mayor logro de Kosovo en su camino hacia la integración euroatlántica fue el acuerdo de asociación con la UE. Mientras que el mayor fracaso se produjo a finales del año pasado, cuando algunos países que habían reconocido a Kosovo, votaron en contra de que formara parte de la UNESCO.
Actualmente el destino del proyecto de "la independencia de Kosovo" depende de cómo las superpotencias dividan las zonas de influencia, asegura Prorokovic.
"No estoy seguro de que en la Unión Europea prevalezca la posición de continuar este experimento. Además, no sé si Estados Unidos en un futuro tendrá fuerza y recursos para apoyar este proyecto político" dijo Dusan Prorokovic.