Odio al cinismo más que al diablo, a menos que ambos sean la misma cosa
—Robert Louis Stevenson, 1850-1894
Este año que acaba de comenzar la Organización Mundial de Salud (OMS) ha salido otra vez con una nueva alarma y ha declarado emergencia internacional de salud pública debido al brote del virus Zika (ZIKV).
Frente a este anuncio de los científicos cubanos cualquier persona piensa y duda que si los virus VIH (SIDA), la Gripe A, el Mers, West Nile (WNV), la Gripe Porcina (HINI), las Superbacterias, SARS (Co-V), Dengue, la Influenza Aviar (H5N1), Ébola, Chikunguña y ahora Zika son reacciones de la Naturaleza frente a su depredación completamente irracional por el hombre o son introducidos por la mano científica por casualidad o por algún interés. Es bastante complicado contestar a esta pregunta pero hay ciertos indicios que nos podrían dar algunas ideas sobre lo que está pasando, especialmente comenzando por la declaración extremadamente alarmista de la Organización Mundial de Salud (OMS) respecto al Zika sin mostrar evidencias concretas y pruebas científicas del peligro real de este virus y su influencia sobre la malformación de los fetos y de problemas neurológicos.
Lo interesante es que el mismo año de su descubrimiento el virus Zika fue patentado por la Fundación Rockefeller y ahora está comercializado por dos compañías: la norteamericana ATCC y la británica LGC que forman una asociación ATCC-LGC Partnership. El precio internacional del virus Zika es de 599 euros y las regalías resultantes de la venta terminan en las arcas de la Fundación Rockefeller. Por supuesto los medios de comunicación globalizados nunca mencionan la participación de Rockefeller en el mercado de los virus. Tampoco hablan de la compañía de biotecnología Oxitec, creada en la Universidad de Oxford y que es propiedad de Intrexon cuyo dueño es el multimillonario norteamericano Randal J. Kirk (4,5 mil millones de dólares), que en 2012 empezó a hacer experimentos en Juazeiro, Brasil con los mosquitos genéticamente modificados (GM) “Oxite OX513A” con el propósito de reducir la población general de mosquito Aedes aegypti que propaga el dengue, el virus Zika, la fiebre amarrilla y el chikunguña. Los mismos experimentos con los mosquitos GM hicieron en Malasia, Panamá e Islas Caimán donde liberaron igual como en Brasil millones de mosquitos OX513A.
La idea de los científicos de la Oxitec consiste en utilizar Aedes aegypti machos transgénicos manipulados con un gen letal que exige la presencia del antibiótico tetraciclina para que el mosquito sobreviva hasta la madurez. Según los cálculos de los científicos de la Oxitec, los mosquitos GM machos liberados se aparearían con los mosquitos hembras de la región y las crías que resulten morirían por la falta de tetraciclina. De acuerdo a la investigación de la directora del portal The Anti-Media, Clarie Bernish, Brasil, donde fue registrada la mayor propagación del virus Zika afectando a 1,5 millones de población, es el tercer país en el mundo por el uso de tetraciclina en la comida de los animales. En estimación de la Sociedad Americana de Agronomía, el 75 por ciento de los antibióticos no son absorbidos por los animales y se excretan en los residuos.
Entonces hay posibilidad de la sobrevivencia de los mosquitos GM e inclusive la de sus crías. Si tenemos en cuenta que para unos 20,000 mosquitos portadores del dengue se usaron algo de 10 millones de mosquitos, si no más, ya podemos imaginar el resultado catastrófico de este experimento. Un documento confidencial de la Oxitex reconoció que un 15 por ciento de larvas podrían sobrevivir. Así se confirmó lo que advirtió la directora del Instituto GeneWatch, doctora Helen Wallace cuando declaró en 2012 que “es un enfoque muy experimental que aún no ha tenido éxito y puede causar más daño que bien”. El hecho de que la propagación del virus Zika en Brasil comenzó precisamente en Juazeiro (Bahía) donde en 2012 la Oxitec liberó millones de mosquitos GM, confirma el aserto de la doctora Wallace.
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Sin embargo, allí no termina el problema. Desde octubre 2014 se registraron en estados brasileños Pernabuko, Bahía y Río Grande y en especial en la zona de Juazeiro (Bahía) más de 4,000 casos (99 por ciento) de Microcefalia (síndrome de Guillain-Barré) en los niños recién nacidos. Según las estadísticas oficiales brasileñas, en 2013 se registraron solamente 160 casos de Microcefalia. El gobierno brasileño atribuyó inmediatamente este trastorno neurológico a la contracción del virus Zika por la madre. Al mismo tiempo las autoridades del país reconocieron que no disponían de pruebas científicas de un vínculo entre el Zika y la Microcefalia a excepción de una coincidencia en el tiempo de la propagación del Zika y el aumento alarmante de este trastorno neurológico en los bebés recién nacidos.
Sorpresivamente La Organización Mundial de Salud perteneciente a las Naciones Unidas inmediatamente atribuyó de facto este defecto de nacimiento al virus Zika e instó a los países afectados, mayormente latinoamericanos y africanos, a autorizar el aborto. Inmediatamente los gobernantes de Colombia, Ecuador, El Salvador, Jamaica aconsejaron a las mujeres que eviten quedar embarazadas hasta el término de la epidemia que será aproximadamente entre octubre 2016-2018. Suena a un excelente método de reducción de la población y no en Europa o Estados Unidos sino en los países en vías de desarrollo, lo que en términos simples significa en los del Tercer Mundo.
El autor del libro AIDS INC. Jon Rappoport, afirmó en referencia al Zika y otros virus que asumir que sólo existe una causa para la enfermedad “puede ser muy erróneo pues varios factores pueden combinarse para producir la enfermedad y la muerte”. Sin embargo, los medios de comunicación globalizados, la OMS y la mayoría de los especialistas calladamente se adhirieron a la premisa de que el Zika es el causante de la Microcefalia en los bebes. Nadie pensó en otros factores que pudieron producir el trastorno neurológico en los bebés. Según el periodista investigativo Jon Rappoport, la vacuna TdaP, que es mandatoria en Brasil para las mujeres embarazadas, podría también ser causante de la Microcefalia.
A la vez Barbara Lee Fisher del Centro Nacional de Información sobre las Vacunas advirtió que “Us Food and Drug Administration (FDA) enlista las vacunas TdaP y de la influenza como Embarazo Categoría B o biológicos C, lo que significa que no han sido hechas pruebas en humanos para demostrar la seguridad y efectividad para las embarazadas y que se desconoce si las vacunas pueden causar daño fetal o si afectan la capacidad reproductiva. Los fabricantes de las vacunas de la influeza y TdaP afirman que estudios de toxicidad humana y fertilidad son inadecuados y advierten que las vacunas de la influenza y TdaP deberían “ser dadas a las mujeres embarazadas sólo si es claramente necesario”. En la opinión del doctor Gary G. Kohis (Globa Research) la TdaP contiene adyuvante de aluminio y componentes neurotóxicos que son dañinos para la salud.
Como era de esperar la prensa globalizada ni ha tocado la posibilidad del vínculo entre la vacuna TdaP y el síndrome Guillain-Barré. Tampoco los medios de comunicación y los especialistas de la OMS tomaron en cuenta el uso excesivo de las pesticidas y herbicidas en Brasil como herbicidas neurotóxicos Monsanto “Round Up” y Syngenta” Atrazine” y “Paraquat” entre muchos otros. Hay demandas millonarias en aquel país de los trabajadores contra las trasnacionales que venden pesticidas, sin tener permiso en sus propios países de origen y sin licencia, demasiado dañinos para la salud especialmente de los bebés y los niños, que producen horrorosos defectos de nacimiento. En este contexto, como lo afirmó el investigador Jon Rapport, el virus Zika posiblemente está siendo utilizado como una tapadera para ocultar los daños causados por las gigantes corporaciones de agroindustria en determinadas zonas de Brasil y otros países de América Latina que se convirtieron en laboratorios de DuPont, BASF, Monsanto, Syngenta (recientemente adquirida por 43 mil millones de dólares por la empresa estatal china ChemChina), Nufarm, Adama, FMC y Nortox.
La aparición de un nuevo virus o una enfermedad significa la elaboración de nuevas vacunas y medicinas por la industria farmacéutica que en los últimos años adquirió un gran poder de influencia en el mundo entero. Se dice que para cada enfermedad hay una pastilla y para cada nueva pastilla hay una nueva enfermedad y así sucesivamente. Se calcula también que por cada dólar invertido en la creación de una nueva vacuna se obtiene 1,000 dólares de ganancia. El negocio farmacéutico está en un permanente crecimiento. De acuerdo a una de las más prestigiosas compañías especializadas en el análisis del mercado farmacéutico IMS, los ingresos de esta industria en 2004 superaron 550 mil millones de dólares, en 2010 subieron a un millón de millones y en 2015, alcanzaron 1,3 millones de millones de dólares. Se estima que debido a la aparición de nuevas enfermedades y virus, lo que implica cada año mayor dependencia de los ciudadanos del planeta de los fármacos, los ingresos de las corporaciones farmacéuticas serían de unos dos millones de millones de dólares en 2020.
Pasados 25 años de aquel discurso de David Rockefeller valdría la pena citar la revista virtual “Robot Pescador” (1 de febrero 2016) y meditar sobre su premisa: “Cuando Ellos decretan la “epidemia” todo el mundo deberá vacunarse, cuando Ellos decretan que algo es “enfermedad” todo el mundo deberá tomar medicamentos contra ello, cuando Ellos decretan la “crisis” todo el mundo deberá ajustarse el cinturón”. ¿No es verdad?
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK
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