Un grupo de 33 personas fue elegido para hacer preguntas al líder religioso, en las cuales predominaron pedidos angustiados ante la situación de violencia, el crimen organizado y corrupción en el país latinoamericano.
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"No (voy) como un Rey Mago cargado de cosas: mensajes, ideas o soluciones a los problemas (…) yo voy a México como un peregrino a buscar en el pueblo mexicano que me den algo", dijo evadiendo responder a la expectativa de las pedidos de ayuda para lograr la paz y eliminar la violencia.
Francisco resumió los temas de las preguntas expresadas desde decenas de ciudades en escenas filmadas ante templos católicos coloniales y reseñó: "Violencia, corrupción guerra, niños que no pueden ir a la escuela por su países en guerra, tráfico, fabricantes de armas que venden armas, para que las guerras en el mundo puedan seguir, es el clima que vivimos en el mundo".
En la primera vez que el Papa realiza un programa especial con ese formato, a través de una agencia de noticias estatal y el Centro Televisivo Vaticano, difundido por YouTube, el Papa respondió que los mexicanos "están viviendo su pedacito de guerra entre comillas, de sufrimiento de violencia, de tráfico organizado", pero acotó que su viaje está destinado para acudir a orar con la población.
Adelantó que su viaje es para "exhortarlos a la lucha de todos los días contra la corrupción, contra el tráfico, la guerra, la desunión, el crimen organizado, al trata de personas, que nos traiga un poco de paz", sin detenerse en la causas de los problemas ni en estrategias de solución.
Al cobijo de la Guadalupana
Francisco se acercó al tono que su antecesores utilizaron en sus visitas a México, y se refugió así en la figura de la Virgen María de Guadalupe —que según la tradición se apareció al indígena Juan Diego en los primeros años de la colonización española del siglo XVI-, y respondió en abstracto que "el México de la violencia, el México de la corrupción, el México del tráfico de drogas, el México de los carteles, no es el México que quiere nuestra madre la Virgen”.
Francisco terminó en tono confesional: "Voy como peregrino, a buscar en el pueblo mexicano que me den algo, no voy a pasar la canastita, quédense tranquilos –bromeó con inconfundible acento argentino-; pero voy a buscar la riqueza de fe que tienen ustedes, voy a buscar contagiarme de la riqueza de fe que tienen ustedes", terminó el discurso previo a los mexicanos.
Francisco insistió en la dimensión pastoral y no política de su viaje, al afirmar que viaja a México "a vivir la riqueza de la fe", renovarla y hacerla "callejera" de manera que pidió que en el templo de la virgen en la Basílica lo dejen "un ratito con la Virgen de Guadalupe", para pedirle ser "instrumento de paz".