"No hay la intención de encubrir la realidad de México, al Papa no se le puede insinuar nada ni cambiar sus criterios", dijo el funcionario en entrevista con el noticiario nacional Imagen, sobre los preparativos oficiales de la visita programada del 12 al 17 de febrero.
De parte del gobierno de Enrique Peña "hay expectación y curiosidad, no preocupación, por escuchar en qué términos se va a referir el Papa a México", a partir de la ruta elegida por el primer latinoamericano que ha llegado al frente de la Iglesia católica.
La gira ya es indicación del mensaje, en la cual tocará dos emblemas fronterizos de la migración, el estado de Chiapas en el sur con predominio de población indígena en la ciudad de San Cristóbal, y Juárez en la frontera norte con EEUU, que llegó a ser una de las más violentas del mundo, y la colonial Morelia, en el centro montañoso de Michoacán, acosada por el crimen organizado.
"Se supone que habrá señalamientos generales, muy probablemente el Papa haga señalamientos en torno a la propia iglesia mexicana y su parte organizativa", dijo Roque.