"Estados Unidos sigue encabezando los esfuerzos internacionales por lograr una transformación política que aparte a Bashar Asad del poder", dice el comunicado.
Washington, además, acusa al presidente sirio de comprar petróleo a Daesh, organización terrorista proscrita en varios países, incluida Rusia.
Según afirma la Casa Blanca, los yihadistas extranjeros continuarán afluyendo a Siria mientras Asad permanezca en el poder.
"Por esta razón hemos atraído a nuestros socios en la región, así como en Europa, en Rusia y en Irán para encontrar una salida negociada en Siria", agrega el texto.
En diciembre pasado, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó una resolución que urge a representantes de Damasco y de la oposición siria a iniciar en enero de 2016, con mediación de la ONU, negociaciones sobre la transición política para poner fin al conflicto que desgarra el país árabe desde 2011.
En los 18 meses siguientes Siria deberá organizar bajo supervisión de la ONU unas elecciones libres, justas y transparentes en las que puedan participar todos los sirios, incluida la diáspora que vive en el extranjero.
Este plan no detalla si Asad debe presentar la dimisión y si tiene derecho de ir por la reelección.
Estados Unidos insiste desde hace más de cuatro años en que Bashar Asad debe abandonar el poder.