Entre los arrestados no estaba Blatter, pero sí dos de sus colaboradores más cercanos, Jeffrey Webb y Eugenio Figueredo, vicepresidentes de la federación, bajo cargos de corrupción.
La noticia no afectó a la candidatura del presidente, que resultó reelegido en segunda vuelta para dirigir la FIFA hasta 2019. Sin embargo, cuatro días después, presionado por los principales patrocinadores de la organización y entre rumores de una investigación del FBI contra su persona, anunció su renuncia al cargo, si bien permanecería en el puesto hasta nuevas elecciones, previstas para el 26 de febrero de 2016.
Sus aspiraciones, en todo caso, quedaron en suspenso en septiembre, cuando la Fiscalía suiza abrió una investigación por un pago sospechoso recibido del presidente de la FIFA, Joseph Blatter, de dos millones de dólares en 2011, por un trabajo de asesoría supuestamente realizado entre 1999 y 2002 del que no quedó constancia contractual.
Un mes después, el Comité de Ética de la FIFA suspendió tanto a Platini como a Blatter de sus responsabilidades por un período de 90 días.
En el mismo y como resultado de la investigación, se anunció la inhabilitación por ocho años tanto de Platini como de Blatter para ostentar cualquier cargo relacionado con el fútbol.
Elección de sedes
Aprovechando la coyuntura, y con el telón de fondo de los desencuentros sobre Ucrania, trece senadores estadounidenses liderados por el republicano John McCain remitieron una misiva a la FIFA pidiendo que retirase a Rusia la organización de la Copa del Mundo en 2018, "para no reforzar el prestigio del régimen de Putin".
La FIFA respondió al día siguiente, ratificando a Rusia como anfitriona del torneo. "El fútbol no puede considerarse la solución para todos los problemas, especialmente aquellos relativos a la política internacional", justificó Delia Fischer, portavoz de la federación.
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Las pesquisas de la Justicia suiza, más que en la elección de Rusia, se centraron en la posible compra de votos para la elección de Catar, que ganó en 2010 el derecho a acoger el Mundial de 2022, superando en la votación a la candidatura de EEUU.
El ex presidente de la Asociación Alemana de Fútbol, Theo Zwanziger, reconoció después de la publicación que la candidatura alemana había sobornado efectivamente a miembros del Comité Ejecutivo de la FIFA a fin de ganar la votación para organizar el torneo de 2006.
Dopaje en el atletismo ruso
Un mes antes, la cadena de televisión estatal alemana había emitido un documental en el que denunciaba un supuesto dopaje sistemático en la Federación de atletismo rusa (VFLA), tras el que la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) inició una investigación.
El 4 de noviembre, el ex presidente de la Federación Internacional de atletismo (IAAF), Lamine Diack, y su abogado fueron detenidos en Francia acusados de aceptar sobornos de la VFLA para ocultar prácticas de dopaje entre los atletas rusos.
Cinco días después, la AMA presentó los resultados de su investigación sobre el posible dopaje en el deporte ruso, elaborada por una comisión independiente y que contenía graves acusaciones. Entre otras, la destrucción deliberada en el laboratorio de Moscú de 1.417 muestras tres días antes de la visita del comité de investigación.
El informe recomendaba retirar la licencia al laboratorio de Moscú, así como la suspensión de todos los atletas rusos de las competiciones internacionales. La IAAF satisfizo la demanda de la AMA el 13 de noviembre y anunció un veto contra el atletismo ruso por tiempo indefinido, "hasta la implementación de un sistema robusto, transparente y eficiente de pruebas antidopaje".
Tema: Escándalo de dopaje en Rusia
La suspensión sigue vigente y podría implicar la ausencia de los atletas rusos de los JJOO de Río, que arrancan el próximo 3 de agosto.