La ejecución, anunciada el sábado, provocó protestas en el mundo islámico, sobre todo en Teherán donde una multitud irrumpió en la embajada saudita e intentó prender fuego al edificio causando notables daños materiales antes de ser expulsada por las fuerzas del orden.
"El secretario general está profundamente consternado por la reciente ejecución de 47 personas por Arabia Saudí, entre ellas el clérigo Nimr Baqer al Nimr", dice el comunicado en la web oficial de Ban.
Se añade que "al Nimr y varios otros prisioneros ejecutados habían sido condenados en procesos que suscitaron grave preocupación en cuanto a la naturaleza de los cargos y la imparcialidad del proceso".
Ban Ki-moon reiteró asimismo su firme oposición a la pena de muerte y lamentó el incidente ocurrido en Teherán en respuesta a las ejecuciones.
Arabia Saudí anunció el día 2 la ejecución de al Nimr y otras 46 personas que habían sido condenadas por terrorismo.
El clérigo había sido detenido en 2012 durante unas protestas antigubernamentales en el este del país. Dos años después una corte saudí le condenó a la pena de muerte por instigar a la violencia, desobedecer al rey y supuestamente crear una célula terrorista para atacar a las fuerzas del orden.