Ripert resaltó que ninguna empresa francesa ha abandonado su negocio en territorio ruso, "porque creemos en el futuro económico de Rusia".
El embajador agregó que ambos países están interesados en mantener buena relación, "basada en la amistad y el respeto mutuo".
"Estoy convencido de que las relaciones entre Rusia y Francia son necesarias para ambos países; a veces tenemos discrepancias, pero esto no debe obstaculizar nuestro diálogo y cooperación, que son tan especiales", afirmó.
Las relaciones entre Rusia y Occidente se deterioraron a raíz de la crisis ucraniana y particularmente tras la adhesión de Crimea a Rusia.
EEUU, la UE y otros países occidentales aprobaron varios paquetes de sanciones contra ciudadanos, empresas y sectores enteros de la economía rusa, a lo que Moscú respondió con un veto agroalimentario.