El informe refiere un caso como la toma de Mosul, la segunda ciudad más grande de Irak, en la que los yihadistas se hicieron con un inesperado botín de armas de distinto origen almacenadas en los depósitos del Ejército iraquí.
El botín incluía armas y vehículos militares de fabricación estadounidenses "que se emplearon para tomar el control de otras partes del país, con unas consecuencias devastadoras para la población civil en esas zonas", indica la ONG.
"El abundante y variado arsenal utilizado por el autodenominado Estado Islámico es un caso de manual de cómo el comercio irresponsable de armas alimenta atrocidades a una escala masiva", resume Patrick Wilcken, investigador sobre Control de Armas, Comercio de Seguridad y Derechos Humanos de Amnistía Internacional.
Daesh es una organización terrorista proscrita en Rusia y otros países que se ha convertido en una de las amenazas principales a la seguridad global.
En tres años, el grupo ha logrado apoderarse de un vasto territorio en Irak y Siria y, además, está intentando extender su dominio a África del Norte, en particular, a Libia.