La pobreza, que había llegado a 29,9 por ciento de los hogares en 2004 tras la crisis de 2002, afectaba en 2014 "aproximadamente el 7 por ciento de los hogares y el 9,7 por ciento de las personas", señala el Reporte Uruguay 2015, realizado por la Oficina de Planeamiento y Presupuesto y el Ministerio de Desarrollo Social.
Pero las desigualdades persistentes emergen al analizar la incidencia de la pobreza en distintos colectivos, como la infancia y la juventud, o la población afrodescendiente, según el informe.
"En 2014 la pobreza afectaba al 20,4 por ciento de la población menor de seis años y al 2 por ciento de los mayores de 64 años, segmento que en Uruguay presenta los menores niveles de pobreza", ejemplifica el documento.
Entre los afrodescendientes, "la minoría étnico-racial de mayor presencia numérica en el país" y "con una fuerte impronta en la identidad nacional", el informe del Gobierno uruguayo constata que en 2014, último año para el cual hay datos, la pobreza llegaba 20 por ciento, casi el doble que en el total de la población (9,7 por ciento).
Con todo, la forma en que se distribuyen los ingresos en la sociedad sigue siendo la manera más relevante de medir el problema de la desigualdad social, afirma el documento.
Esta evolución indica que "en 2006, el 20 por ciento de las personas con más altos ingresos", el quintil más rico de Uruguay, "tenían en promedio 10,3 veces el ingreso del 20 por ciento más pobre", mientras que "en 2014 esta relación había decrecido a 7,1", da cuenta el informe.
"En 2011 el uno por ciento de la población de mayores ingresos se apropiaba del 65,9 por ciento de los ingresos del capital; el 0,5 por ciento de la población, del 60,7 por ciento, y el 0,1 por ciento de la población del 48,7 por ciento", sostiene el reporte.
Esto significa que apenas 3.286 personas concentran la mitad de los ingresos de capital en este país de 3,3 millones de habitantes.
El informe contiene 17 capítulos, cada uno sobre un área temática específica, entre los que se destacan ingresos, mercado del trabajo, educación, salud, vivienda, seguridad ciudadana, desarrollo productivo, juventud y población afrodescendiente.