Los dueños de la sala, Jules Frutos y Olivier Poubelle, han tomado la decisión, como han hecho pública este miércoles al diario Le Monde.
"Hemos de reabrir las puertas" como respuesta al intento de los terroristas de intimidar a la sociedad, han declarado al diario francés.
Según los dueños, "el equipo quiere una reconstrucción y los artistas también".
La empresa Lagardère, que posee la mayor participación de la conocida sala de conciertos, se ha mostrado ya a favor de la medida.
"Esperamos que esté terminada a finales de 2016", dijo Poubelle.
Frutos y Poubelle elogiaron el comportamiento del personal de seguridad.
"Comprendieron de inmediato lo que estaba sucediendo cuando oyeron los primeros disparos", explican, "abrieron las puertas de emergencia y llamaron a todo el mundo a abandonar rápidamente el lugar".
Sin embargo, dos de los miembros del personal de seguridad asumieron la responsabilidad de regresar a la sala hasta el asalto de la policía.
Anteriormente, Jesse Hughes, el cantante de la banda estadounidense Eagles of Death Metal, que actuaba en la sala en el momento de los atentados, anunció su voluntad de regresar: "no puedo esperar a volver a París", dijo Hughes en una entrevista.
La sala Bataclan se ha convertido en un símbolo de la reciente ola de atentados que sacudió a la capital francesa: ante sus puertas han depositado flores varios mandatarios mundiales para honrar a los fallecidos.