Pekín liberó a los coroneles Zhu Gongxun y Xu Changguo, los dos agentes de inteligencia taiwaneses de mayor rango en las cárceles chinas, quienes habían sido condenados nueve años atrás.
Ambos espías, que ya están en Taiwán, habían sido sentenciados primero a cadena perpetua, después a la pena capital y por último a 20 años de cárcel.
Luo Shou-he, portavoz del Ministerio de Defensa de Taiwán, ha mostrado su gratitud a los dos agentes, quienes seguirán vinculados al Ministerio aunque no en primera línea, según el diario China Times.
A cambio, ha sido liberado por Taipei el doble agente Li Zhihao, quien cumplía condena perpetua.
El diario taiwanés asegura que Pekín también ha pedido que sea liberado otro espía y que Taipei estaría dispuesto a hacerlo en el futuro.
La prensa ya había desvelado en 2013 unas conversaciones entre Taipei y Pekín para intercambiar espías dos años atrás, pero las negociaciones se torcieron por las reticencias chinas a liberar a los dos altos cargos taiwaneses.
Ambos servicios de inteligencia llevan décadas inmersos en una silenciosa competición, con independencia de la salud de sus relaciones, que ha sido calificada como "guerra sin disparos".
En septiembre fue condenado en Taipei a cuatro años de cárcel un nacional chino, Zhen Xiaojiang, por reclutar a compatriotas para los servicios de inteligencia de Pekín.
El espionaje estuvo detrás de la dimisión en febrero del ministro taiwanés de Asuntos con China, Wang Yu-chi, quien había acusado a uno de sus subordinados de estar en la nómina del Partido Comunista de China.
Pero un tribunal dictaminó que no había pruebas suficientes para condenar a Chan Hsien-yao, segundo del Ministerio, lo que provocó la renuncia del titular.