Con el retorno de la democracia en 1983, Patricia dio un giro de 180 grados en sus orientaciones políticas: fue diputada del partido Justicialista durante el gobierno de Carlos Menem, y de ahí saltó a la Alianza, la coalición que llevó al dirigente del partido radical Fernando de la Rua como presidente en el año 2000. En octubre de 2000 fue nombrada ministro de Trabajo, cargo que desempeñó hasta octubre de 2001, para luego hacer un breve paso por el ministerio de Seguridad Social hasta noviembre de ese año.
En el año que Bullrich fue ministra de Trabajo, se llegó a las mayores tasas de desempleo y cierres de empresas, personal suspendido y recorte de horas laborales de la historia reciente de la Argentina: cuando se posesionó, en octubre de 2000, el desempleo era de 14.7%, cuando renunció era de 18.3%, y dos meses después era del 21.5%.
Como ministra, Bullrich firmó el recorte del 13% de los salarios de los empleados estatales y de las jubilaciones, que afectó a 533.401 jubilados, el 16% del total.
Aún hoy se recuerda su enfrentamiento con el movimiento sindical organizado, al que intentó desmembrar, proponiendo, infructuosamente, varias leyes en su contra. Hugo Moyano, el dirigente de la Central General del Trabajo (CGT), la apodó despectivamente "la piba".
Desde entonces, Patricia fue pasando por distintos partidos políticos, hasta llegar a la coalición Cambiemos. Consultada sobre su movilidad política, que la ha llevado a recorrer el arco desde la extrema izquierda hasta la derecha, en una entrevista con La Nación, contestó: "En la Argentina, si vos te quedás quieto y no seguís la historia, te congelás".