"Recortar los programas sociales en medio de una recesión sería particularmente preocupante (…) una de las conquistas de Brasil, de la que se habla en todo el mundo, es el éxito en la reducción de la pobreza y la desigualdad en los últimos 20 años", explicó Stiglitz en referencia al programa Bolsa Familia, que rescató a 36 millones de brasileños de la pobreza extrema.
En este sentido, este crítico de las políticas de austeridad aplicadas en los países del sur de Europa (Grecia, España y Portugal) advirtió que "estas políticas reducirán aun más el crecimiento económico en Brasil" y señaló que los efectos de la recesión se dejarán sentir en las próximas generaciones.
"Hay algo muy particular sobre Brasil: los tipos de interés muy altos", señaló, "eso demuestra que el sector financiero no está funcionando como debe".
Cuando el Gobierno "intentó reducir los intereses, que alcanzaron el 7,25 por ciento en 2012, la inflación volvió a dispararse", recordó Stiglitz, cuya receta para acabar con la situación sería "una mayor cooperación entre empresas y trabajadores para lograr el congelamiento de precios y salarios, rompiendo el ciclo inflacionario".
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Por último, el economista insistió en que la clave para salir de la crisis económica sería combatir en primer lugar la inflación: "Si Brasil consigue bajar la inflación será posible tener una tasa de interés menor y eso permitirá crecer más rápido; además, aunque el Gobierno necesitase pedir dinero prestado el peso de la deuda no será tan grande".