En la provincia de Raqqa, controlada por el EI, fue destruido con bombas guiadas KAB 500-S un puesto de mando de la unidad Liva al Jak del grupo yihadista.
El ataque causó unos 200 muertos, entre ellos dos altos mandos, según conversaciones de radio interceptadas.
En el área de Alepo el ataque tuvo como objetivo una base de los islamistas y un almacén de municiones y causó unas 100 bajas entre los combatientes.