"Imaginen que el pobre Líbano, con una población de cuatro millones de personas, recibió dos millones de refugiados, mientras Europa, con 500.000 millones de habitantes, se esfuerza desde hace un mes para acoger a 120.000 refugiados (…) La crisis destrozó las posibilidades de nuestros sistemas de sanidad pública, educación, energía, suministro de agua y seguridad", dijo citado por la agencia NNA.
Si las advertencias de las autoridades libanesas se ignoran y no se implementan "cambios radicales en la política hacia la región", el flujo migratorio tendrá efectos irreversibles y será imposible resolver la crisis, subrayó.
Más de seis millones de sirios abandonaron el país a raíz del conflicto armado, la mayoría acabó en países vecinos, el Líbano, Jordania y Turquía.
Beirut gastó casi siete millones de dólares para mantener a los refugiados. Pese a que organizaciones internacionales y entidades benéficas libanesas proporcionan ayuda humanitaria a los refugiados en campamentos espontáneos a lo largo del territorio del Líbano, hay una gran escasez de agua potable y medicamentos.