"Si estuviéramos bajo una dictadura, como la franquista, que no permitía el desarrollo de la lengua y cultura catalana, podría haber un argumento moral" para romper con España, "pero no es esta la situación", sostiene el historiador, ensayista y articulista.
Cataluña "disfruta de un Gobierno autonómico muy amplio, hasta el punto que es el propio Gobierno catalán el que impulsa el proceso separatista", denuncia Coll, quien no quiere que Cataluña se separe de España.
SCC es una organización que busca, según sus propios estatutos, promover, difundir y fomentar la cohesión y la convivencia entre los ciudadanos en Cataluña y de estos con el resto de los españoles.
"¿Qué Estado en Europa hubiera permitido que uno de sus presidentes autonómicos enviara cartas a las Cancillerías anunciando la consulta del 9 de noviembre, diciendo que van a hacer un proceso de separación unilateral?", se pregunta Coll.
SCC no es partidaria de celebrar un referéndum por la secesión.
Coll estuvo hace unos meses en Canadá, "y nos explicaron claramente que después de un referéndum viene otro porque los separatistas solo quieren hacer estas consultas para ganarlas".
Son cuestiones que "quieren que estén permanentemente abiertas hasta el día que lo ganan", arguye.
Según Coll, en Cataluña la pregunta que se ha de hacer es "¿ha habido una mayoría clara independentista de manera permanente reiterada y sistemática? y la respuesta es 'no', esto no ha ocurrido".
Mientras que en las elecciones del domingo "sí que hay dos candidaturas que hablan de la independencia" y que posiblemente saquen "una mayoría justita, que no va a llegar al 50 por ciento de los votos", sin contar el total del electorado.
"Estamos convencidos de que la separación no sucederá, pero se trata de que no haya vencidos", reclama Coll.
Coll exige que "la primera condición es que se respete el Estado de derecho" porque "para cambiar determinadas cosas se necesita unas mayorías cualificadas".
Ni siquiera se ha podido hacer "una ley electoral propia en Cataluña porque no se han puesto de acuerdo dos tercios de los diputados catalanes".
En cambio "con esa mayoría justa quieren llevar a Cataluña a un proceso de ruptura": "No tiene ningún sentido" y advierte que "sería un proceso que no tiene camino de regreso, porque una vez que ellos ganasen no se volvería a votar cada cinco años".
Forzar la invertención de España
Coll cree que el objetivo real de los independentistas es siguen adelante con el proceso soberanista hasta el punto de "obligar al Estado a intervenir en el autogobierno" y así "cultivar el victimismo y entrar en un bucle todavía más nocivo y más perverso", afirma.
Para Coll, que Mas dejara la presidencia del Gobierno catalán "ayudaría mucho porque todo lo que ocurre en Cataluña se explica en buena medida por el oportunismo político de Mas".
"El oportunismo fallido de Mas le convierte en prisionero del discurso insurreccional del separatismo", sostiene el historiador y ensayista.
Coll que admite que España necesita cambios y reformas reconoce también que el mundo independentista está "muy cohesionado" y que los escándalos de corrupción que persiguen a Convergència Democràtica de Catalunya (CDC), el partido que preside Mas, "no les pasará factura", aunque sí que cree que la coalición Junts pel Sí "implosionará por sus propias contradicciones" tras las elecciones.
"El famoso 3 por ciento de CDC", en referencia al presunto pago de comisiones a cambio de contratos de obra pública, "no es algo nuevo, viene de lejos que la opinión pública ya tiene asumido".