Sinirlioglu indicó que a diferencia de Moscú, que cree que el pueblo sirio debe decidir el futuro de su presidente Bashar Asad, Ankara no le considera capaz de conducir su país a la paz y la estabilidad.
“Rusia evalúa de otra manera el origen del caos que domina en Siria: no coincidimos en quién es el responsable”, señaló.
Desde marzo de 2011, Siria está inmersa en una contienda que se ha llevado la vida de más de 220.000 personas, según estimaciones de la ONU, o más de 330.000, según la ONG Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, que realiza el seguimiento desde el Reino Unido.
Las tropas gubernamentales se enfrentan a distintas facciones armadas, entre ellas los terroristas del grupo Estado Islámico y del Frente al Nusra, vinculado a Al Qaeda.