Lo que impidió a los industriales conocer los contenidos de esas negociaciones es el secreto impuesto por el TiSA, que el Gobierno uruguayo honró.
La poca información disponible fue difundida por la central obrera PIT-CNT, a partir de filtraciones de documentos de algunos países obtenidas por Wikileaks.
Hasta el 7 de septiembre y con esos pocos datos, el debate se desarrolló dentro de la gobernante coalición de izquierdas Frente Amplio (FA), mientras el PIT-CNT y algunas otras organizaciones reclamaban más información y protestaban contra la presencia de Uruguay en las rondas del TiSA.
Pero ninguno de estos sectores económicos, que se verían afectados en distinto grado por la liberación radical del comercio global de servicios que propone el TiSA, hubiera podido acceder a detalles de lo que se negociaba.
Tampoco el Parlamento de Uruguay fue un ámbito de discusión sobre el tema; así que mientras los distintos sectores del FA (que agrupa a partidos y movimientos diversos, desde la izquierda comunista, hasta partidos socialdemócratas y cristianos, pasando por los exguerrilleros tupamaros) discutían entre ellos y se alineaban a favor o en contra del TiSA, la oposición de centro y centroderecha miraba el partido desde afuera.
Este pequeño país sudamericano fue el último en llegar a la mesa del TiSA, instalada en 2012, y el primero y único en retirarse.
Uruguay se aproximó al TiSA en 2014 por iniciativa del Gobierno de José Mujica, quien pertenece al FA, tal como Vázquez.
La administración de Mujica ingresó formalmente a las negociaciones en diciembre de 2014, semanas después de que Vázquez ganara las elecciones presidenciales.
Nada se dijo sobre este tema durante la campaña electoral.
Las primeras advertencias fueron lanzadas por el PIT-CNT en marzo de este año, cuando ya había asumido la administración de Vázquez.
Ante las disputas que se hacían más y más audibles dentro del FA, el presidente solicitó en mayo a su partido que debatiera el tema y emitiera una recomendación.
Esa recomendación llegó el sábado 5, cuando un órgano de dirección del FA aprobó por abrumadora mayoría considerar "inconveniente" para el país continuar negociando el acuerdo.
Paradójicamente, entre los sectores que de manera más audible defendieron esta postura está el Movimiento de Participación Popular de Mujica, quien de hecho introdujo a Uruguay en el TiSA.