Esta reducción de los pronósticos se debe principalmente, según el informe, "a los bajos precios del gas natural, los subsidios para el desarrollo de las fuentes renovables de energía, la crisis financiera", además del incremento de las inversiones en materia de seguridad tras el accidente de la central electronuclear Fukushima I, así como al cierre de la mayoría de los reactores actualmente existentes en en el mundo.
La mayor parte de los 438 reactores nucleares que funcionan en la actualidad deberá ser desmontada en los próximos años, ya que más de la mitad de estos tienen más de 30 años, que es el tiempo de servicio proyectado para la mayoría de los reactores construidos en las décadas de 1970 y 1980.
El límite inferior es una valoración "conservadora, pero probable" con en base al estado del mercado actual y las tecnologías en una situación de cambios mínimos de la política respecto a las tecnologías nucleares.
El límite superior presupone que el actual nivel de demanda de energía en Asia se mantenga y que cambie la estrategia global respecto a la energía nuclear como medio para combatir el cambio climático.
Alrededor de treinta países en la actualidad planifican la construcción de su primer reactor nuclear o estudian esta posibilidad.
La potencia total de las instalaciones nucleares en la región, que en la actualidad es de 6,9 gigavatios, se incrementaría para 2030 hasta un mínimo de 25,9 gigavatios y un máximo de 43,8, supone el OIEA.
En Europa Oriental, región en la que el OIEA incluye a Rusia, país que construye nueve reactores y Bielorrusia, que erige sus primeras instalaciones nucleares, la potencia total se incrementaría desde los actuales 49,7 gigavatios hasta 64,1 gigavatios como mínimo y hasta 93,5 gigavatios como máximo.
En esta región la energía nuclear deberá incrementarse en los próximos 15 años de 87,1 gigavatios hasta 131,8 gigavatios como mínimo y 219 gigavatios como máximo, consideran los expertos del OIEA.
En tanto, tras el anuncio de Alemania sobre su negativa a utilizar energía nuclear, Europa Occidental experimentaría una reducción de las potencia totales desde los actuales 113,7 gigavatios hasta 62,7 como mínimo y 113 como máximo.
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En tanto, la situación en América del Norte no es unívoca, en caso de un guión pesimista, las potencias podrían reducirse de los actuales 112,1 gigavatios hasta 92; pero según el guión optimista, las instalaciones energéticas podían incrementarse hasta una potencia de 139,7 gigaviatios, afirma el OIEA.