El EI, que ha ocupado en tres años enormes territorios de Siria e Irak, se ha empeñado en destruir los monumentos de las épocas anteriores al islam, entre ellos los situados en la ciudad de Palmira, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1980.
"Nuestra ciudad suele llamarse Palmira del Norte, y no sin razón, cuando allí se destruye Palmira, aquí también están temblando las columnas de San Petersburgo; cuando en el Oriente Próximo se elimina el cristianismo que surgió en esa zona, eso significa que el cristianismo se resiente aquí también; si allí se eliminan monumentos que dieron inicio a nuestra civilización, el eco de la destrucción llegará hoy o mañana a nosotros también", destacó Piotrovski experto en Oriente Medio.
Piotrovski estableció un paralelismo entre el acto de vandalismo, que tuvo lugar la semana pasada en San Petersburgo donde se destruyó un bajorrelieve que representaba a Mefisto, con la catástrofe de Palmira.
En ese sentido opina que, actualmente en Rusia, "hay personas que piensan que puede destruirse un monumento artístico si se considera ideológicamente incorrecto".
Esta obra de arte estaba situada en la fachada de un edificio que se encuentra en frente de una iglesia ortodoxa, motivo por el cual se piensa que fue destruida.
La autoría la ha reivindicado un grupo desconocido que se autodenomina Cosacos de Petersburgo y que probablemente pretendía causar impacto mediático.