"Los europeos deben implicarse en los ataques aéreos de la coalición en Siria e Irak", dijo en una entrevista con el diario The Australian.
Los países fronterizos con Irak y Siria como Jordania o Líbano, argumentó, se están llevando la peor parte de la llegada de "millones de personas que huyen a través de sus fronteras hacia Europa".
El primer ministro australiano, Tony Abbott, anunció el pasado marzo que, en respuesta a una petición de EEUU, su país enviaría a 300 militares a Irak para entrenar a las tropas de este país en la lucha contra el EI.
El año pasado Australia envió a Irak a 600 militares, entre los que se encontraban 400 expertos en aviación de combate y 200 miembros de unidades de operaciones especiales.
El Estado Islámico, que podría tener en sus filas entre 50.000 y 200.000 combatientes, es actualmente una de las amenazas más graves para la seguridad en Oriente Próximo y el mundo entero.
Los yihadistas controlan vastas zonas de Irak y Siria, con una superficie total de hasta 90.000 kilómetros cuadrados, y pretenden extender su influencia en el norte de África, particularmente en Libia.
A día de hoy, no existe un frente único de lucha contra el grupo, al que por un lado combate la coalición internacional liderada por EEUU, que bombardea desde el aire sus posiciones, y por el otro, los Ejércitos regulares de Siria e Irak apoyados por las milicias kurdas de estos dos países.