Según la BBC, el acuerdo fue logrado durante la visita de la canciller de Australia, Julie Bishop, a Teherán el pasado fin de semana.
En el marco del acuerdo, Irán presentará a Australia información sobre los ciudadanos persas que participan en diferentes unidades del EI y luchan en sus filas en el territorio de Irak y Siria.
Teherán también facilitará datos sobre los australianos que apoyan a extremistas o se dedican a actividades terroristas en el territorio iraní.
Anteriormente, el primer ministro de Australia, Tonny Abbott, anunció que el país enviará a Irak a 300 militares para entrenar a los combatientes que luchan contra el EI.
La expansión del EI, que ocupó una parte considerable de Irak y Siria, se ha convertido en uno de los problemas globales en 2014.
Este grupo, que cuenta según la CIA con unos 30.000 militantes, proclamó un califato en los territorios bajo su control y aspira a ampliar sus dominios.
No existe un frente único de lucha contra el EI, lo combaten por separado los Ejércitos sirio e iraquí, la coalición internacional liderada por EEUU, que se limita a lanzar ataques aéreos, y los kurdos de Irak y Siria.
Un informe de la ONU, publicado anteriormente, estima que más de 25.000 extranjeros se han unido a las milicias islamistas del EI o Al Qaeda.
El número de extranjeros combatientes se ha disparado un 71% en los últimos doce meses, desde marzo de 2014, según advierte la ONU.