Los manifestantes, convocados por varias organizaciones del sector, han bloqueado los accesos a los supermercados alemanes Lidl y Aldi de Lleida con unos cincuenta tractores, lanzado 10.000 kilos de fruta y quemado neumáticos.
Según informa el diario Ara, los agricultores han quemado una bandera alemana y varios carros de la compra, que han utilizado para romper los vidrios de una de las puertas de entrada del recinto cuando han intentado entrar por la fuerza.
Contundent protesta dels pagesos pels baixos preus de la fruita en dos supermercats de Lleida http://t.co/pFreMlj7IU pic.twitter.com/woN61MDjRF
— 324.cat (@324cat) 7 августа 2015
Los representantes sindicales han sido finalmente recibidos en la subdelegación, donde las autoridades se han comprometido a trasladar sus demandas al Ministerio de Agricultura español.
Los sindicatos acusan a los centros de distribución de fruta y hortalizas europeos de "extorsión" y los consideran responsables de la crisis de precios que vive actualmente el sector.
Las organizaciones agrícolas reclaman "medidas urgentes" a las administraciones, como subvenciones al sector y sanciones a los supermercados que presionan los precios a la baja, y piden a los consumidores que no compren fruta de origen extranjero.
"O aflojan o esto será la guerra", advirtió ayer Pere Roqué, presidente de la Asociación de Empresarios Agrarios de Lleida (Asaja-Aeall), que ha anunciado ya una campaña de movilizaciones.
El coordinador d'Unió de Pagesos, Joan Caball, lamentó ayer que Bruselas no escuchase las reclamaciones del Gobierno español para el sector de la fruta porque "el mismo Ejecutivo (español) subestimó lo que representaba el veto ruso".
El negocio de la fruta, señala el medio, da trabajo a 24.000 trabajadores y 6.000 productores en Cataluña.
Las relaciones entre Moscú y Occidente empeoraron a raíz de la crisis en Ucrania y tras la adhesión de Crimea a Rusia en marzo de 2014, que los países occidentales califican de "anexión ilegal".
EEUU y la UE aprobaron varios paquetes de sanciones contra Moscú, a los que Rusia respondió con un embargo de algunas importaciones alimentarias de EEUU, la UE, Australia, Canadá y Noruega.