"La creación de las unidades conjuntas checo-austriacas persigue como objetivo no solo reforzar el control fronterizo para evitar el paso de inmigrantes ilegales, sino además luchar contra la delincuencia en la zona cercana a la frontera", destacó Mikl-Leitner.
La titular considera que dicha cooperación podría jugar un papel importante en otros países europeos que se enfrentan al mismo problema de inmigrantes sin papeles.
El ministro checo informó que su organismo pondría en disposición de sus colegas de Hungría a un grupo de policías, así como los equipos y los medios financieros imprescindibles para poner bajo control las fronteras del sur del país, en particular las fronteras con Serbia, que este año han cruzado más de 80.000 refugiados de terceros países.
Se destaca que la mayoría de ellos utiliza Hungría como país de tránsito y prefiere como destino final instalarse en países como Austria, Alemania o Suecia, donde puede aspirar a considerables ayudas del Estado y donde existen grandes comunidades musulmanas.
Solo en los últimos tres días unos 4.725 inmigrantes cruzaron clandestinamente la frontera entre Hungría y Serbia, entre ellos la mayoría la integran ciudadanos de Afganistán, Pakistán, Siria, Argel y Congo.
Anteriormente se informó que las Fuerzas Armadas húngaras comenzaron a edificar una valla especial de tres metros de altura a lo largo de los 175 kilómetros que dividen su país de Serbia.
Se prevé terminar la obra para el próximo 31 de agosto.