Cabe tener en cuenta que el límite fijado por el gobierno de Dilma Rousseff para 2015 es del 6,5% teniendo en cuenta que límite teórico del 4,5% admite una variación de 2%, por tanto, según el Banco Central las posibilidades de que el gobierno incumpla con sus objetivos de contener la inflación son del 99%.
De hecho, el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), advirtió la semana pasada que el incremento de la inflación en el mes de junio, un 0,79%, fue el más elevado para ese mes desde 1995, entre otros motivos por el fuerte aumento del precio de la electricidad y los combustibles así como el alza del dólar norteamericano que cotiza en 3,17 reales brasileños.

1 de junio 2015, 23:58 GMT
Sin embargo, los peores efectos del efecto inflacionario en Brasil se han dejado sentir ya entre la población de rentas más bajas del país incapaz de asumir el aumento del 41,5% en la factura de la electricidad, el 12,5% en la tarifa de transporte público o el aumento del 24,5% en el precio de las legumbres, siendo el "feijao" (alubia o frijol) el alimento básico de los brasileños junto al arroz.
Por todo ello, la popularidad del gobierno de Dilma Rousseff atraviesa su peor momento desde su llegada al poder en 2011 en sucesión del expresidente Lula da Silva, quien abandonó su cargo con un índice de popularidad del 87%, el más alto jamás conseguido por ningún presidente de la democracia brasileña desde su reinstauración en1988.