"Los Estados Unidos no solo espiaron a la presidenta Rousseff, sino también a las figuras clave con quien hablaba todos los días", explicó Julian Assange este fin de semana, tras hacerse pública la última de sus filtraciones, y añadió que "aunque las promesas de los EEUU de que dejarán de espiarla fueran dignas de confianza- y no lo son- es imposible imaginar que Rousseff gobernará el país hablando con ella misma".
Ante la repercusión de la última revelación en la prensa del país, la Secretaria de Comunicación Social de la Presidencia de Brasil emitió un comunicado a última hora del sábado en el que se explicó que "en varias ocasiones, la presidenta Rousseff recibió de Barack Obama el compromiso de que no habrán más escuchas sobre el gobierno o empresas brasileñas, una vez que EEUU respetan a los países amigos".
La nueva lista de espiados, divulgada en Brasil el sábado por la televisión GloboNews, e incluyó desde banqueros y diplomáticos a ministros y asesores, siendo el teléfono satélite del avión presidencial de Rousseff, el Embraer Lineage o "Aerodilma I" con conexión directa con el satélite Inmarsat, el más destacado junto a las cuatro líneas telefónicas de la Presidencia de la República.
Entre, los políticos escogidos por la NSA destacó el secretario de Hacienda, Nelson Barbosa, actualmente ministro de Planeamiento y número dos del equipo económico de Rousseff, el exministro de Casa Civil y mano derecha de Rousseff en su primer mandato, Antonio Palocci, el responsable de seguridad de la Presidencia, general José Elito Siqueira, y el ministro de Exteriores, Luiz Alberto Figuereido, quien hoy es embajador en Washington.