Lo peor, sostuvo, es que "se trata de una pérdida de largo plazo ya que los productos agrícolas son bienes que se exportan en grandes volúmenes y si la empresa no se ha comportado como un proveedor confiable, no recibirá contratos a largo plazo, lo que implicaría su salida del mercado".
"Las pérdidas serán mayores que por el efecto de las propias sanciones. Son pérdidas tangibles para las empresas francesas", remarcó.
Según sus palabras, se beneficiará el que invierta en el agro ruso y de entre las compañías extranjeras saldrán ganando las que abriesen plantas de procesamiento y producción de alimentos.
Asimismo, declaró que los empresarios franceses no aceptan las sanciones antirrusas, pues comprenden que la ruptura de las relaciones comerciales con Rusia representará graves pérdidas financieras.
"En los eventos que llevamos a cabo y en aquellos en los que participamos como invitados se escucha un rechazo categórico a las prohibiciones económicas, pues las mismas infringen la competencia y los hombre de negocios comprenden que aquel que apuesta en estos momentos por una ruptura con Rusia, a la larga saldrá perdiendo", dijo Túrov.El agregado comercial destacó que en Francia no ha desaparecido el interés por invertir en Rusia, pues las compañías que están presentes ya en el mercado ruso "saben que si se van de él, lo perderán".
"Las empresas francesas que planean alcanzar un éxito duradero siguen con sus proyectos, por supuesto", afirmó.
Para Túrov, la disminución de la demanda por parte de los consumidores rusos es un fenómeno temporal, ya que los recursos del mercado son "colosales".
El gobierno ruso prolongó el veto a la importación de alimentos hasta el 5 de agosto de 2016.
Conforme a un reciente estudio del Instituto de Investigaciones Económicas de Austria, esta "guerra de sanciones" le pasará factura al empleo en Francia con la destrucción de 150.000 puestos de trabajo en los próximos años.
Las relaciones entre Moscú y Occidente empeoraron a raíz de la crisis en Ucrania y, en particular, tras la adhesión de Crimea a Rusia en marzo pasado, que los países occidentales califican de "anexión ilegal".
EEUU y la UE aprobaron varios paquetes de sanciones contra Rusia, que respondió con una limitación a las importaciones de alimentos de EEUU, la UE, Australia, Canadá y Noruega.