"Llevamos a cabo conversaciones activas con una gran cantidad de compañías, pero consideramos que precisamente Mitsui y JBIC son los socios que podrían presentarse como inversionistas claves junto a RusHydro", señaló.
Se prevé que pudiera vender energía a las regiones del norte de Japón que experimentan cierto déficit energético, especialmente tras el accidente en la central nuclear Fukushima 1, después del que Japón detuvo todas sus centrales atómicas.
Según la parte rusa, la construcción del puente energético ascendería a los 6.000 millones de dólares.
"El programa de desarrollo del Lejano Oriente que está parcialmente aprobado en el país y se desarrolla parcialmente permite planificar la conexión energética de Sajalín con el continente y cerrar el circuito en la práctica a través de Corea y Japón", explicó Dod.
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El funcionario añadió que "en un futuro a 20-30 años podremos ver de hecho un anillo energético que cambiará totalmente la topología de la red, modificará completamente la interacción entre nuestros países y permitirá crear la infraestructura para otras ramas de la industria".