El Gobierno español aprobó a finales de mayo autorizar a EEUU a instalar de forma permanente en la base militar de Morón hasta 2.200 militares y 500 civiles, aunque el contingente podría llegar a los 3.500 militares en caso de crisis.
El Consejo de Ministros aprobó el pasado 29 de mayo la reforma del Convenio Bilateral de Defensa con EEUU de 1988, que debía firmar el secretario de Estado de EEUU, John Kerry, durante su primera visita a España a principios de junio.
Un accidente fortuito de Kerry impidió entonces la firma del acuerdo.
La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, aseguró entonces que "la soberanía de España queda garantizada".
También requerirán consultas previas entre los ministros de Defensa de los dos países las operaciones bilaterales o multinacionales.
Sáenz de Santamaría señalo que Washington invertirá 29 millones de euros en la base, lo que supondrá, dijo, creación de nuevos puestos de trabajo.
Hasta ahora, Washington mantenía en esta base situada en el sur de España un contingente de 850 soldados, 12 aviones de transporte, cuatro de repostaje y una aeronave de apoyo.
El Gobierno prorrogó esta situación el pasado 17 de abril, ya que con el convenio actual EEUU no podía mantener de forma permanente sus tropas en suelo español.
Movimientos pacifistas han denunciado retiradamente que el Gobierno aceleró la reforma del convenio porque estaba "inquieto ante un posible vuelco electoral que les privara de su mayoría parlamentaria".
"Pero podría también", según la plataforma Global contra las Guerras, "ser puesta a disposición del USCENTCOM (Mando Central de los Estados Unidos) para un despliegue semejante en cualquier punto de Oriente Medio o del Mediterráneo oriental".
El Convenio con EEUU y "nuestra participación en la OTAN" convierten a España "en cómplice de las intervenciones militares, abiertas, encubiertas o en forma de amenaza, que está llevando a cabo el poder financiero internacional y las grandes corporaciones" para sostener "su hegemonía planetaria, en tiempos en que su pujanza económica y su capacidad de influencia declinan ante los nuevos actores globales", denuncia la Plataforma en un comunicado enviado a Sputnik Nóvosti.