El diplomático ha cuestionado a la Unión Europea y la OTAN y ha insistido que no están preparados para los desafíos actuales del mundo contemporáneo.
"No estamos preparados para afrontar la situación actual y tampoco hemos comprendido los cambios que se han producido en el mundo", señaló el canciller.
Las transformaciones, dijo, son tan grandes que "nos vemos obligados a revisar la estrategia europea de seguridad y debatir otra vez la estrategia de la OTAN".
"Si Europa no aprende a responder a los problemas como uno solo, empezará a desintegrarse", advirtió el diplomático checo.
Anteriormente Rusia y el grupo Estado Islámico fueron señalados como enemigos por el presidente estadounidense Barack Obama durante un discurso en septiembre en la Asamblea General de la ONU.
Moscú tachó este intervención como "una sarta de clichés y consignas propagandísticas".
El canciller ruso Serguéi Lavrov apuntó que tales declaraciones se encontraban "más allá del bien y el mal".
Kiev lanzó en abril del año pasado una operación militar en Donbás, una región que se opuso al cambio violento del Gobierno ucraniano en febrero de 2014.
Las autoridades ucranianas, la UE y EEUU acusaron a Rusia de inmiscuirse en los asuntos internos del país vecino y le impusieron el año pasado un primer paquete de sanciones, que posteriormente fue ampliado y tomó carácter de medidas puntuales contra diversos sectores de la economía.
El Kremlin respondió limitando la importación de productos comestibles procedentes de estas naciones.
Moscú declaró en reiteradas ocasiones que no es parte del conflicto en Ucrania y que participa oficialmente en calidad de mediador para poner fin a las hostilidades en el sureste ucraniano que ha dejado ya más de 6.400 muertos y casi 16.000 heridos, según estimaciones de la ONU.