Macedonia, un país clave para la versión actual del proyecto, no tiene demasiado interés en él, puesto que importa poco gas ruso y este le resulta muy caro, indica el diario.
De esta forma, este país balcánico podría seguir el camino de Bulgaria, cuya negativa a participar enterró en su día otro proyecto de gasoducto al sur de Europa, el South Stream.
Fuentes del sector gasista ruso y europeo consultadas por Kommersant coinciden en que Gazprom, en el mejor de los casos, se vería obligado a conformarse con dos ramales submarinos a través del mar Negro.
Por el momento, el gigante ruso cuenta con el permiso para construir solo uno de ellos, mientras que la autorización para el otro podría ser demorada por algunos países.
Además, es muy poco probable que un tercer ramal del Turk Stream tenga futuro sin una normalización con la UE, opinan los expertos.