"Estamos dispuestos a dirigirnos a la comunidad internacional para arreglar este asunto", dijo al precisar que de momento Ankara lleva a cabo consultas con Arabia Saudí, Catar y otros países del Golfo Pérsico.
Según Kalin, los organismos internacionales, ante todo la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, deben influir en las autoridades egipcias para que la sentencia de Mursi sea reconsiderada, porque en caso de su ejecución el país puede sumergirse en el caos.
El sábado pasado un tribunal condenó a muerte a Mursi junto con otros acusados de espionaje. La sentencia debe confirmarse por el Gran Muftí.
Mursi, el primer presidente de Egipto que ganó unas elecciones libres, fue destituido en julio de 2013 por un golpe militar liderado por el general Al Sisi, ahora presidente.
El golpe se produjo después de que se llevaran a cabo protestas masivas en la calle que exigían la dimisión del islamista Mursi.
Las relaciones entre Turquía y Egipto empeoraron después del derrocamiento de Mursi y los enfrentamientos sangrientos que lo siguieron.