"Por desgracia no logramos realizar la construcción del tramo del gasoducto South Stream en el territorio de Serbia a raíz de la política poco constructiva de Bruselas (…), pero esperamos que nuestro diálogo energético se vaya ampliando, incluido el tema del suministro de gas ruso", dijo Lavrov al diario serbio Política.
"Esperamos en un futuro próximo lograr alcanzar modelos de colaboración de mutuo beneficio y proyectos que favorezcan al desarrollo económico de Serbia y al aumento de la calidad de vida de sus ciudadanos", declaró Lavrov.
Asimismo, señaló que "la colaboración en los ámbitos del comercio y las inversiones (entre Rusia y Serbia) ha superado la prueba del tiempo y no debe depender de factores externos, incluido el acercamiento de Belgrado a la UE".
La ruta planeada pasaba por el fondo del mar Negro hasta Bulgaria y de ahí a los países balcánicos, Hungría, Austria e Italia.
Como alternativa se propuso el gasoducto Turk Stream, que prevé el tendido de una tubería de Rusia a Turquía y la construcción en la frontera con Grecia de un depósito de gas para los consumidores del sur de Europa, que tendrán que crear una infraestructura de transporte de combustible en su territorio.