El banquero, quien posee doble nacionalidad, huyó a Italia en 2013 aprovechando el pasaporte de un hermano fallecido después de ser condenado a 12 años y 7 meses de prisión por su relación en el caso "Mensalao", el mayor escándalo de corrupción del Partido de los Trabajadores (PT).
El caso de Pizzolato llegó a generar una fuerte tensión diplomática entre ambos países debido a que el principal argumento para negar la extradición fueron las denuncias del exdirector de las condiciones infrahumanas de los presidios en Brasil, una denuncia apoyada en los informes de la ONU.
Governo da Itália autoriza extradição de Pizzolato http://t.co/ltiq3G7j82 pic.twitter.com/42YuP2f9Uc
— Estadao (@Estadao) 24 апреля 2015
Rápidamente, el gobierno brasileño reaccionó con un recurso a través de la Fiscalía General de la República en el que se ofrecieron circunstancias especiales para Pizzolato, en tanto que preso con categoría especial, por lo que sería recluido junto a los demás acusados en el "Mensalao" en el presídio de Papuda en Brasília, considerado uno de los mejores y más seguros de todo Brasil.
Además, hay que tener en cuenta que la denegación de la extradición en primer instancia podría relacionarse con el asilo político proporcionado por Brasil en 2009 al exterrorista italiano del grupo Proletarios Armados por el Comunismo (PAC), Cesare Battisti, condenado a dos cadenas perpetuas en Italia por el asesinato de cuatro personas en los años 70.
No obstante, la reciente anulación de su permiso de residencia en Brasil por la jueza federal, Adverci Rates Mendes, y el estudio de una posible deportación a Francia o México podría haber resultado clave en el cambio de postura de la Justicia Italiana.