"Es otra derrota de los estadounidenses y sus aliados, no salió nada bueno de esta operación, los objetivos no fueron logrados", dijo Emelianov.
La coalición de países árabes liderada por Arabia Saudí dio por concluida la operación militar Tormenta de la Firmeza contra los combatientes del movimiento Ansar Alá –conocidos como hutíes– que controlan la mayor parte del país.
"La operación terminó, la coalición no logró (…) abatir a los hutíes, que siguen controlando la situación en Yemen", agregó el parlamentario.
La campaña de bombardeos será reemplazada por una operación bautizada como Restaurando la Esperanza que contemplará medidas de contrainsurgencia, misiones humanitarias y el fomento del diálogo político en el país.
Sin embargo, el editor jefe de la revista Natsionalnaya Oborona (Defensa Nacional), Ígor Korotchenko, considera que recuperar el control sobre el territorio de Yemen sin una operación terrestre será imposible.
"Tras la primera fase de acciones bélicas, casi un mes de bombardeos aéreos, los países de la coalición no obtuvieron grandes logros", dijo el experto, recordando que los hutíes siguen controlando la mayor parte del territorio de Yemen y no planean ni ceder ni capitular ni llegar a un acuerdo con Arabia Saudí y con el presidente Abdo Rabu Mansur Hadi.
Según Korotchenko, el inicio de la segunda fase de la operación significa que la primera fase no terminó.
"La operación continúa, solo han cambiado los nombres de las prioridades, mientras que los objetivos siguen pendientes", opinó.
En la línea de los escépticos también se encuentra el diputado ruso Frants Klintsévich, miembro de la comisión de Defensa de la Cámara Baja. Según el parlamentario es poco probable que la nueva operación anunciada por la coalición internacional logre sus objetivos en Yemen.
"Temo que no logren sus objetivos, la situación es muy grave", dijo.
A su juicio, la lucha religiosa entre los chiíes y suníes no cesará porque "las ofensas y pretensiones mutuas permanecerán para siempre".
El papel de Rusia y las repercusiones del alto el fuego
Ahmed al Sufi, miembro del partido Congreso General del Pueblo (CGP) del expresidente yemení Alí Abdalá Saleh, aseguró que Los esfuerzos diplomáticos de Rusia e Irán contribuyeron a que se pusiese fin a la operación militar en Yemen.
"El cese de la agresión aérea contra Yemen es la victoria de la diplomacia rusa e iraní, y también del pueblo yemení", declaró a RIA Novosti.
Rusia rechazó en varias ocasiones que la crisis en Yemen pudiese solucionarse con medios militares.
Irán, a su vez, abogó por una resolución del conflicto a través de un alto el fuego y el cese de la operación militar.
Las repercusiones del alto el fuego en Yemen también se extienden a otros ámbitos como la economía de Oriente Medio. El cese de las operaciones militares a gran escala podrían ayudar a reactivar la industria petrolera del país e incrementar aún más la sobreoferta de crudo en el mercado internacional.
Sin embargo, hay quienes consideran que este escenario es poco probable.
James Burkhard, el principal experto de la agencia de análisis IHS, alega que "Yemen no es un productor muy grande y no tiene mucha influencia (en el mercado)".
Burkhard indicó que el principal factor en las circunstancias actuales es "el volumen suficiente de los suministros de petróleo".
Al mismo tiempo, señaló que la situación general en Oriente Próximo es una fuente de preocupación.
En marzo pasado, la coalición de países árabes lanzó una operación militar contra los hutíes, quienes provocaron la huída del anterior presidente del país y asumieron el control de gran parte del territorio yemení.
El conflicto ha dejado hasta el momento, según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud, 944 muertos y casi 3.500 heridos.