"El reto para la Unión Europea es que la caja de Pandora no se abra demasiado porque no podemos descartar nada", dijo a la agencia Sputnik Nóvosti, contestando a la pregunta sobre las posibles consecuencias para la UE de un potencial acercamiento entre Grecia y Rusia.
Por un lado, el experto señaló que las negociaciones entre Tsipras y las autoridades rusas tendrán consecuencias limitadas para la mayor parte de Europa, ya que "Grecia está (…) en la periferia de la toma de decisiones de la Unión Europea y también en su periferia geográfica".
Según el politólogo, un caso interesante es el de Hungría, un país que también busca un acercamiento con Rusia, mientras que hace 20 años "tenía la postura más antisoviética y la más antirrusa de los países de Europa Central y Occidental".
Como ejemplo citó también el caso de Bulgaria, que tiene "relaciones históricas con Rusia", así como ciertos Estados de los que "no se sabe en qué dirección pueden ir" –la República Checa y Eslovaquia–.
Asimismo indicó que hay muchas interrogantes sobre el futuro de dos países del sur de Europa como España y Portugal.
España es un "gran país, donde hay mucha incertidumbre sobre los resultados electorales; su situación económica (…) tampoco es muy buena", dijo Delwit al añadir que la situación económica de Portugal es también "muy difícil".
La Unión Europea debería evitar que "haya una sucesión de países que contesten estas decisiones, organizando (…) elementos de política extranjera que no se articulan con el corazón (de la UE)", concluyó.
El primer ministro griego, Alexis Tsipras, está en visita oficial en Moscú desde el día 8 hasta el 9 de abril, donde se ha reunido con el presidente ruso Vladímir Putin.
En la agenda del mandatario se prevén también encuentros con el primer ministro Dmitri Medvédev, el presidente de la Duma de Estado (Cámara Baja del Parlamento) Serguéi Narishkin y el patriarca de Moscú y de Toda Rusia, Kiril.