"Más de 100.000 han muerto en Irak y al menos 300.000 en Siria, no divido a los fallecidos en shiitas y sunitas, para mí resulta más importante que allí están muriendo personas, musulmanes", dijo Erdogan durante la rueda de prensa celebrada en Teherán, añadiendo que su país e Irán "deben hacer de intermediarios entre los bandos en conflicto".
El líder turco se encuentra en la capital de Irán con una visita oficial de un día que aprovechará para tomar parte de la segunda reunión del Consejo Bilateral de Cooperación Estratégica y sostendrá además un encuentro con el líder espiritual del país, ayatolá Jomeini.
Ankara y Teherán mantienen posturas opuestas respecto al conflicto en Siria, ya que Turquía persigue el derrocamiento del presidente, Bashar Asad, mientras Irán lo apoya, pero ambos países coinciden en la necesidad de combatir el Estado Islámico (EI).
La expansión inesperada del grupo terrorista EI, que logró ocupar gran parte de los territorios de Irak y Siria, se convirtió en uno de los principales retos del 2014.
Los extremistas, en cuyas filas según la CIA combaten unos 30.000 radicales, proclamó la creación de un califato en las zonas ocupadas y se destacó por una crueldad sin precedentes.